
Juventud Venezolana

Todo comenz? el cuatro de febrero de 1992. En esa fecha se inici? el desquiciamiento institucional de la Rep?blica. Una logia militar con alevos?a, ensa?amiento y nocturnidad intent? asaltar el poder p?blico y acabar con la constituci?n y con las instituciones.
El acto salvaje de esos militares y la reacci?n de sectores y personalidades muy influyentes en la vida del pa?s, contribuyeron a permitir a los b?rbaros llegar al poder y que a trav?s de una Asamblea Nacional Constituyente, sin ning?n fundamento en la Constituci?n vigente para la ?poca, llegaran a lograr el poder absoluto.
Dentro de tres d?as se cumple un nuevo aniversario de aquella fecha tr?gica, 27 a?os. Han sido a?os de retroceso, de divisi?n, de abusos, de arbitrariedades, de empobrecimiento, de miseria, de migraciones masivas de venezolanos hacia otros pa?ses en b?squeda de mejores horizontes.
A?os en los que hemos regresado a los presos pol?ticos, a los exiliados, a las torturas, a los encarcelamientos arbitrarios, a la degradaci?n del poder judicial, al militarismo, a la conversi?n de la Fuerza Armada en instrumento al servicio de un caudillo y de un movimiento pol?tico.
El saldo de estos 27 a?os es pat?tico. El sufrimiento del pueblo venezolano inconmensurable. La polarizaci?n pol?tica ha sembrado odios y divisiones que costar? mucho tiempo superar. Ha sido una tragedia pol?tica, institucional, econ?mica, social, cultural y moral. No ha sido posible hasta ahora construir una alternativa seria, responsable, merecedora de la confianza nacional e internacional para sustituir a los responsables de este desastre y los responsables del desastre se empe?an en perpetuarse en el poder indiferentes al sufrimiento de la familia venezolana y conscientes de que, mientras ellos permanezcan en el poder, la situaci?n solo podr? agravarse y empeorar.
Tengo a?os insistiendo, como quien predica en el desierto, en que la tragedia debe tener un desenlace pacifico, constitucional, democr?tico, civilizado, inteligente, consensuado, electoral y venezolano. En medio de tanta oscuridad aparece una luz de esperanza. Todos los voceros tanto nacionales como internacionales coinciden por lo menos en un punto. M?s tarde o m?s temprano habr? que volver a la ruta electoral.
En medio de la tragedia venezolana hay un solo ?rbitro posible: el pueblo, el soberano. En tiempos remotos voce?bamos una consigna que tiene una vigencia estupenda ?solo el pueblo salva al pueblo?.
Hay varios ?rbitros posibles en la situaci?n venezolana. Yo prefiero la soluci?n m?s decente y probablemente m?s remota que el ?rbitro sea el pueblo venezolano.
La tragedia de Venezuela es muy compleja. El desenlace tiene que ser pol?tico.
Hay quienes de buena fe se empe?an en buscar una soluci?n jur?dica o constitucional. Tambi?n hay quienes apuestan a una ?soluci?n? violenta o militar. Que, por supuesto, no ser?a ?soluci?n? y que podr?a terminar siendo agravamiento de la tragedia.
Los pueblos civilizados resuelven sus problemas con soluciones pol?ticas, inteligentes, conversadas. Los pueblos primitivos apelan a la violencia para dirimir sus diferencias.
La tragedia venezolana debe encontrar una soluci?n pac?fica. La guerra no solo no resuelve los problemas sino que los agravan. Debe ser una soluci?n constitucional. La Constituci?n ofrece amplios mecanismos para la soluci?n civilizada de los conflictos. Debe ser una soluci?n democr?tica. ?Solo el pueblo salva al pueblo?. Los problemas de la democracia se resuelven con m?s democracia y no con menos democracia.
El desenlace de la crisis venezolana debe ser electoral. El ?nico arbitro posible en la situaci?n actual, es el pueblo venezolano a trav?s del ejercicio del sufragio. M?s tarde o m?s temprano habr? que consultar al soberano en unas elecciones transparentes, bien organizadas y respetadas por todos los que participen en ella.
El gobierno tiene la principal responsabilidad en la b?squeda de una soluci?n pac?fica, constitucional, democr?tica y electoral. El gobierno tiene que asumir la culpa enorme que tiene por la existencia de la crisis, pero tiene que entender, sobre todo, que no tiene ninguna posibilidad de mejorar la situaci?n y de aliviar el sufrimiento de los ciudadanos. El gobierno debe ser el primer interesado en buscar una soluci?n pol?tica a la tragedia que est? viviendo la naci?n.
La oposici?n por su parte tiene el deber de convertirse en alternativa de gobierno. Una alternativa seria que interprete el anhelo de cambio que existe en todos los venezolanos y que proponga salidas adecuadas lo menos traum?ticas posibles.
La raz?n principal por lo que buena parte de la oposici?n decidi? acogerse a la abstenci?n fue que cuando lleg? el a?o previsto en la Constituci?n para celebrar las elecciones, la alternativa democr?tica no ten?a candidato, ni ten?a un m?todo para escogerlo, ni ten?a un programa que presentarle al pa?s, ni ten?a una organizaci?n eficiente para defender los votos, ni ten?a una estrategia consensuada.
En esas circunstancias, es comprensible que les haya resultado inevitable acogerse a una l?nea de abstenci?n que, como era previsible, nos condujo al vac?o.
Ahora toca apelar a la pol?tica, al patriotismo, a la inteligencia, al di?logo serio y constructivo y a la solidaridad con el sufrimiento de los venezolanos.